La semana pasada acudí a un centro de salud a un taller de portabebés (me gusta llevar a mi nena bien arrimadita al cuerpo). Mi natural curiosidad hizo que no pudiera evitar acercarme a un tablón de anuncios que había en una de las salas. ¿Qué sería aquel papel de la parte de abajo a la derecha?
Me acerco a echarle un vistazo…
Ah, bueno. Menos mal que han cambiado la contraseña, seguro que la anterior estaba comprometida por alguna mala práctica.